La comunidad del Viento

Capítulo I. El Joven Brisa
En la cima de la montaña, vivían los vientos de Vervalia: corrientes grandes, pequeñas, cálidas y frescas. Cada viento, sin importar su fuerza, tenía un lugar si deseaba participar: así era la ley del Círculo del Aire.
Brisa, un viento joven y travieso, gustaba más de jugar que de mover las nubes o esparcir las semillas. Aunque todos podían pertenecer a la comunidad, el compromiso era esencial.
Capítulo II. La Asamblea del Círculo
Un día, el Viento Sabio reunió a todos en la Gran Roca.
—“Se acerca la sequía. Debemos mover las nubes juntos. Cada soplo cuenta”—anunció.
Siguiendo su costumbre democrática, cada viento alzó su voz: algunos defendían a Brisa, otros pedían que mostrara mayor responsabilidad.
Por mayoría, decidieron: Brisa seguiría siendo parte, pero debía comprometerse a colaborar. Así funcionaba su comunidad: nadie era forzado, pero todos elegían juntos el rumbo.
Capítulo III. La Gran Prueba
Brisa, aún algo distraído, decidió no atender la tarea ese día. Vagó lejos y se encontró con las Turbonadas Salvajes, vientos que soplaban sin orden ni cuidado.
Intentó pedir ayuda cuando quiso volver, pero allí nadie escuchaba, pues cada uno actuaba solo.
Con gran esfuerzo, logró regresar, cansado y triste.
Capítulo IV. Un nuevo compromiso
Esa tarde, en la siguiente asamblea, Brisa pidió la palabra:
—“Quiero ser parte de verdad. No solo cuando es divertido, sino cuando es necesario. Aprendí que sin ustedes, soy apenas un suspiro.”
Los vientos lo recibieron entre remolinos de alegría. Sin reproches, solo con la firmeza de quienes creen en el trabajo en común.
Capítulo V. La danza del agua
Bajo un mismo impulso, la Comunidad del Viento trabajó unida: Brisa, ahora comprometido, ayudaba a mover las nubes hasta los campos secos.
La comunidad no sólo sobrevivió a la sequía: floreció como nunca, gracias a que todos decidieron, trabajaron y vivieron juntos, como verdaderos cooperantes.
Desde entonces, cada soplo en las montañas recuerda que la fuerza colectiva supera cualquier tormenta.
Reflexión
“
¿Cómo se refleja en el cuento el principio de “gestión democrática”?
Autor: Dr. José Guadalupe Bermúdez Olivares
Diseño: Luis Garnica