Por José Guadalupe Bermúdez Olivares
El sueño de Owen parece ser un sueño que se ha extendido en millones de personas, New Harmony de 1825 en las tierras desérticas de Indiana, es uno de los futuros imaginarios que pretendía lograr una sociedad con nuevas relaciones y autosuficiencia alimentaria, creadora de bienestar para sus miembros, esas ideas hicieron fortalecer el nacimiento de las cooperativas en 1844 en Inglaterra, los Pioneros de Rochdale pretendían construir viviendas para los socios, instalar fábricas y comprar o arrendar tierras de cultivo a sus socios; pero más aún, organizar las fuerzas de producción, la organización de la distribución, la educación y el gobierno, deseaban establecer una colonia que se bastara a sí misma y ayudar a otras sociedades cooperativas para establecer colonias similares.
Ahora en tiempos presentes, desde el Instituto Nacional de la Economía Social, con Martínez Louvier como director, se plantearon los Nodos de impulso a la economía social (Nodess) con el fin de desarrollar ecosistemas de economía social y solidaria en los territorios, a través de los cuales se propongan, diseñen e implementen soluciones territoriales a necesidades colectivas, es decir que con la alianza de diversos actores: academia, gobierno y cooperativas, ir construyendo el ecosistema cooperativo en cada región; con esta idea se han conformado cerca de 600 Nodess en todo el país.
Si nos vamos al diccionario, un ecosistema es un sistema que está formado por un conjunto de organismos, el hábitat en el que viven y las relaciones que se establecen entre ellos; si apuntamos hacia un ecosistema empresarial, se trata de una red de empresas, proveedores, clientes y otros actores que colaboran y compiten en un mercado. Si se busca la ganancia por encima de todo, lo mejor es estar organizados y sacar el máximo provecho de la región y de sus habitantes. Hasta aquí este concepto de ecosistema empresarial no pone en el centro a las personas por encima del capital, por el contrario, se trata de llegar organizados a un territorio para sacar en el menor tiempo la máxima riqueza.
Si se trata de un ecosistema empresarial cooperativo lo primero que viene a la mente es la organización de las empresas cooperativas en un territorio específico con relaciones acordes al cumplimiento de sus objetivos; las empresas cooperativas son de propiedad colectiva, con valores y principios, de ser así, las intencionalidades cambian totalmente por lo que vale hacer la distinción empresarial para ubicar la diferenciación.
Las empresas del libre mercado, trátese de pequeñas, medianas y grandes, buscan el lucro y la ganancia, la ganancia es el resultado de la explotación de los trabajadores, ya que los capitalistas se benefician del trabajo no remunerado, se obtienen ganancias al apropiarse del valor excedente, luego reinvierten parte de sus ganancias para expandir su producción y aumentar su capital. Este proceso de acumulación de capital es fundamental para el funcionamiento del sistema capitalista. Al tratarse de empresas del libre mercado o del sistema capitalista, también hacen uso de la sobre explotación de los recursos naturales, por lo tanto, no les importa acabar con bosques ni con el agua, a las personas las consideran desechables, con utilidad mientras rindan para cubrir su salario y las ganancias del propietario.
Por su parte la empresa cooperativa es social, significa que primero está el bienestar de las personas y después el capital, eso es posible porque su prioridad es el buen vivir, es decir el desarrollo social. El trabajo es la fuente de todo valor, pero no lo entregan al empresario a cambio de un salario, rompen con esta relación porque no hay un patrón para el que trabajan, sino que trabajan para su misma empresa. Los principios y valores hacen que la empresa cooperativa no tenga punto de comparación con la empresa capitalista: son democráticas, cada socio es un voto en la toma de decisiones; las cooperativas trabajan conjuntamente a través de estructuras locales, nacionales, regionales e internacionales para fortalecer el movimiento cooperativo; las cooperativas trabajan para el desarrollo sostenible de sus comunidades mediante políticas aprobadas por sus miembros, entre otros principios.
Cuando existe una cooperativa en una localidad, es notorio el ambiente, las relaciones van cambiando y en general las relaciones sociales son más humanas, llenas de solidaridad. En el imaginario de los Nodess, como coordinaciones territoriales, nacidos para impulsar el desarrollo cooperativo, deberá estar el objetivo de generar ecosistemas empresariales cooperativos, donde además de la producción agroalimentaria, industrial, de vivienda, de servicios, etc., se encuentren los bancos cooperativos, la organización cultural y educativa, el consumo responsable, los mercados solidarios y el comercio justo; esta tarea es también una responsabilidad de las uniones de cooperativas, quienes actúan en territorio determinado.
Podría ser que el sueño de Owen, se vaya cristalizando con la generación de políticas públicas que faciliten la potenciación de una nueva economía que abra paso a una nueva sociedad. Ahora, a pesar de las adversidades, hay buen trabajo rumbo a estos ecosistemas empresariales cooperativos, especialmente en localidades donde hay cooperativas articuladas, como en puebla, Michoacán, Chiapas e Hidalgo, por mencionar algunos. El movimiento cooperativo necesita ser transformador para entender y asumir este reto, debemos de empujar hacia esa utopía.
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