Por: José Guadalupe Bermúdez Olivares
Ciertamente toda economía es social porque no sería posible sin la participación de las personas y sin las relaciones que se establecen en su interior y de la empresa con el exterior, es decir, no está en el limbo de los dioses, sino en un contexto social donde nace, se desarrolla y muere; aunque es social toda economía, muchos economistas lo consideran secundario, les importa más resaltar el capital que le dio impulso y obvian mencionar la apropiación de unos cuantos por encima de lo que construyen la gran mayoría.
Se trata de reconocer las dimensiones sociales de una economía, entre ellos la forma de propiedad y de la distribución de la riqueza, que definen el tipo de organización empresarial y por ende los elementos adjuntos como democracia y participación. Una economía es preponderante o de supremacía, es decir que las relaciones de producción se imponen en una sociedad, a pesar de que otras puedan existir. Si la economía general de la sociedad que habitamos es de propiedad privada y de unos cuantos, esas relaciones se institucionalizan y se hacen “normales” y “legales”, aparentando que siempre ha sido así y por lo tanto tenemos lo que siempre ha existido y nada se puede hacer para cambiarla.
Cuando se sentían los estragos de una industrialización en el siglo XVII particularmente, y de manera especial en la mitad del XIX, con horas de trabajo extenuante, inhumano y sin la mínima consideración del Ser humano para contar con sistemas de protección y de asistencia, mucho menos de retiro, se empezó a utilizar el término de Economía Social y Solidaria, en autores franceses como Dunoyer, Gide, Le Play, justo con la aparición de organizaciones de los trabajadores como mutuales y cooperativas.
Lo que vivimos mayormente es una economía de mercado, donde reina el capital y todo se adapta a generar mayor ganancia y plusvalía para el dueño del dinero, solo así cobra sentido producir, pues, aunque cientos o miles carezcan de elementos, no se justifica la inversión si esa no genera ganancia para el dueño del capital, amén de tampoco importar el medio ambiente y la vida humana; todo es desechable mientras genere ganancia para unos cuantos. La economía social y solidaria es un enfoque alternativo a la economía de mercado.
Pueden identificarse dos posiciones ideológicas en el concepto de la economía social y solidaria: la social cristiana influenciada por la encíclica Rerum Novarum, corriente dentro de la iglesia sensible al abuso del ser humano en la revolución industrial, quien pugna por orientar a los trabajadores a agruparse para paliar su deterioro; la otra posición es la relacionada con la visión socialista, que postula que otra economía es posible, que se trata de pensar que paso a paso puede cambiarse por completo el sistema económico del libre mercado, apostando por la capacidad de autoorganización de la clase obrera.
“Se remontan al siglo XIX las “experiencias fundadoras” de la tradición cooperativa, inspiradas en parte por Robert Owen (1771-1858) y Charles Fourier (1772- 1837).
- Los Equitativos Pioneros de Rochdale (Manchester, 1844), luego de haber proyectado una colonia autosuficiente, abren un almacén de víveres y otros artículos, antepasado de las cooperativas de consumo.
- Las Asociaciones obreras de producción francesas son promovidas por Jean Philippe Buchez (1796-1866), quien apoya igualmente las asociaciones sindicales en la industria.
- Las cooperativas rurales multifuncionales (ahorro, crédito y comercialización) se forman en Alemania impulsadas por Federico Raiffeisen (1818-1888). (Vienney, 1994, citado por Bastidas Delgado (2001).
Es importante saber que en momentos de aparente prosperidad de la economía de mercado, menor se nota la Economía social y solidaria, a su vez, en momentos de crisis, es evidente que volteamos a buscar otras alternativas y solamente una nueva economía cobra sentido y son las empresas cooperativas las que mayormente resisten los embates de crisis civilizatoria o de sanidad, como la Pandemia del COVID-19, en donde basta poner un ejemplo: En Argentina mientras otras empresas tuvieron que despedir trabajadores, la aseguradora Sancor Seguros pudo mantener a sus 3330 empleados, que siguieron teletrabajando. La cooperativa creó una red interna para mantener la colaboración y el trabajo en equipo, a pesar de la distancia física (ACI, 2022) y así como esta experiencia, muchas sucedieron en todo el mundo, demostrando que la colectividad puede enfrentar mejor las dificultades.
Es lógico que la Economía social y solidaria, (en adelante ESS) demuestra su potencial y perdura en sus prácticas, poniendo en el centro al ser humano, no al capital, que engloba las lógicas económicas con amplio potencial donde los emprendimientos sociales dan identidad al grupo social y es un referente desde los modelos desarrollistas convencionales y representan un nuevo paradigma para el buen vivir. Tradicionalmente se le conoce vinculada a las mutuales y cooperativas, pero también al mercado justo y a las empresas sociales de trabajo autogestionario.
Se trata, con la ESS, de una forma diferente de hacer empresa, donde la organización tiene su objetivo colectivo y las personas comparten principios y valores, su actuación es en solidaridad que se convierte en el eje que aglutina todo el quehacer, por lo tanto, hay cambios en cada uno de los participantes. Los que participan manifiestan el compromiso de asumir los principios y valores, siempre poniendo en el centro a la persona y no al capital, la apuesta por la autonomía y democracia en la gestión, con solidaridad interna y también externa, con la prioridad de que los servicios son para sus miembros y hacia la comunidad.
A pesar de que las organizaciones que forman parte del tercer sector son muy antiguas (las mutuales, las cooperativas, las organizaciones sin fines de lucro datan del siglo XIX), sólo es recientemente, en el contexto actual de crisis y de redefinición de las relaciones entre el Estado y la sociedad civil, cuando se enfatizan las potencialidades de la participación de la sociedad civil para la solución de los problemas sociales y la construcción de una sociedad más democrática.
La ESS es un modelo socioeconómico de organismos de propiedad colectiva, basados en relaciones de solidaridad y cooperación, que, mediante la gestión sustentable de empresas, coloca en el centro a la persona, la toma de decisiones democrática y la distribución equitativa de la riqueza. En México la ESS se encuentra ubicado como el tercer sector de la economía, reconocido en la propia Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, en su Artículo 25, que menciona que en este sector de la economía se ubican los ejidos, organizaciones de trabajadores, cooperativas, comunidades, empresas que pertenezcan mayoritaria o exclusivamente a los trabajadores.
Coraggio (2011)explica que esta economía es social porque produce sociedad y no sólo utilidades económicas, porque genera valores de uso para satisfacer necesidades de los mismos productores o de sus comunidades –generalmente de base territorial, étnica, social o cultural– y no está orientada por la ganancia y la acumulación de capital sin límites. Porque vuelve a unir producción y reproducción, al producir para satisfacer de manera más directa y mejor las necesidades acordadas como legítimas por la misma sociedad.
La economía social se convirtió en un sector de la economía, formado por las organizaciones cuya especificidad es la de combinar dos estructuras: una asociación de personas y una empresa (o unidad de producción de bienes o servicios) cuya producción está destinada a satisfacer las necesidades del grupo de personas que son sus propietarias.
En América Latina, a pesar del carácter incompleto y fragmentario del Estado de bienestar, los modelos populistas y desarrollistas, basados en una fuerte presencia del Estado, también generaron procesos de integración social.
¿Cuál es el tipo de actividad, y la importancia de esta actividad que pueden considerarse suficientes para que una organización sea incluida en el sector de economía social? Además, el criterio de actividad económica no significa que estas organizaciones sólo se dedican a prestar servicios; muchas veces realizan además actividades de defensa de derechos, educación, etc.
- Son organizaciones jurídicamente constituidas. Este criterio nos hace excluir las organizaciones informales.
- Son organizaciones autónomas, libres de todo control directo estatal o de la empresa privada. Pueden recibir financiamiento público, o de empresas privadas, pero tienen autonomía de gestión.
- El compromiso organizativo primordial es prestar servicios a los miembros o a la comunidad.
- La gestión interna de la organización tiene un carácter democrático y participativo. Existe un compromiso por fomentar la participación de los diferentes actores involucrados: socios, empleados, usuarios, voluntarios.
- Existe primacía de las personas sobre el capital en el reparto de los excedentes o beneficios En las cooperativas, la parte del excedente que se distribuye a cada socio es determinada por la participación del socio en la actividad cooperativizada, y no por el monto del capital invertido. La parte no distribuida de los excedentes se aplica al objeto social mediante su reinversión o se destina a usos definidos por los miembros: creación de empleos, desarrollo de actividades socioculturales, apoyo a otras organizaciones, etc.
Referencias
ACI. (2022). Dossier_covid-2.pdf. Alianza Cooperativa Internacional. Publicado en https://aciamericas.coop/IMG/pdf/dossier_covid-2.pdf.
Bastidas Delgado, O. y. R., Madeleine (2001). Economía social y economía solidaria: intento de definición. Cayapa. Revista Venezolana de Economía Social. Localizado en https://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=62210102.
Coraggio, J. L. (2011). Economía Social y Solidaria: El trabajo antes que el capital: Editorial Abya-Yala, publicado en https://www.coraggioeconomia.org/jlc/archivos%20para%20descargar/economiasocial.pdf.
Ley General de Sociedades Cooperativas Publicado Diario Oficial de la Federación, en http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/143_190118.pdf, (2018).
0 Comments